Por: Lilian Vega / BRTV.
A inicios de octubre el FMI (Fondo Monetario Internacional) elevó su previsión de inflación mundial a 5.8%, llama tratar de controlarla con medidas restrictivas para el crecimiento como elevar las tasas de interés. Para el FMI esta situación se mantendrá hasta el 2025.
También prevé un crecimiento mundial de 2.9% abajo del crecimiento promedio de los últimos 20 años antes de la pandemia del COVID19. Estos pobres resultados están influenciados por la guerra entre Ucrania y Rusia, y ahora entre los Estados de Israel y Palestina.
Para Estados Unidos la previsión de crecimiento es finalizar el 2023 con un crecimiento de 2.1% y, de apenas, 1.5% para el 2024. CEPAL coincide en que la economía mundial continuará en la senda de bajo crecimiento.
El secretario ejecutivo de CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, dijo que “El bajo crecimiento de América Latina y el Caribe se puede ver agravado por los efectos negativos de una agudización de los choques climáticos, si no se realizan las inversiones en adaptación y mitigación al cambio climático que requieren los países”.
En El Salvador estamos sufriendo los estragos con la pérdida de cosecha generada por el cambio climático y políticas agropecuarias exiguas y poco efectivas para reanimar la producción agropecuaria en general, mucho menos la agricultura familiar agroecológica.
El bajo dinamismo económico ha derivado en una menor demanda agregada, es decir, menor capacidad de consumo de las familias, tanto de bienes como de servicios, datos de la CEPAL muestran que para el primer trimestre de 2023 fue cerca de 5% más bajo que el primer trimestre del 2022.
Esta disminución del consumo de los hogares se da en un contexto de:
· Aceleración de pérdida del poder adquisitivo de los salarios reales, la inflación a diciembre de 2022 fue de 7.3% y a junio 2023 es de 3.8.
· Disminución de los subsidios y transferencias corrientes, entre enero-mayo de 2023 respecto de enero-mayo de 2022 cayeron 14% según la CEPAL.
· Pérdida de confianza, en un estudio del BID que utiliza datos del Latinobarómetro, en el país sólo el 14% de las personas responden afirmativamente a la pregunta: “En términos generales, ¿diría usted que se puede confiar en la mayoría de las personas o que tiene que tener mucho cuidado cuando trata con otros?”.
· En Informe de Coyuntura Económica a mayo de 2023 elaborado por FUSADES, el Índice de Confianza empresarial muestra que, a partir de enero ha tendido a la baja; lo mismo que el índice de confianza de los consumidores, este tiende a la baja a partir de marzo 2023. Para ambos, consumidores y empresas, los índices de confianza son menores que los reportados durante 2021.
· Desaceleración del ahorro, según los datos presentados por ABANSA (Asociación Bancaria Salvadoreña), la tasa de crecimiento de los depósitos en julio de 2020 fue de 12.4%, para julio 2021 baja a la mitad a 6.2%; sigue bajando y llega a 4.3% para julio de 2022 y, para julio de este año sube, menos de 1 punto porcentual, y alcanza 5.1%.
· Restricciones al crédito por el alza en las tasas de interés. En lo que va del año las tasas para préstamos a más de un año a empresas ha subido de 9.97% a 10.85% en agosto, y para personas de 11.32 a 11.41%, y los préstamos para vivienda han subido de 7.28 a 7.60% entre enero y agosto de este año.
La evolución y prospección de los indicadores económicos comentados muestra un panorama poco alentador de cara a la mejora del bienestar de las familias salvadoreñas.
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