Ruth López: “¡No me van a callar!” – Una voz que buscan silenciar por la represión política en El Salvador
- Bálsamo TV
- hace 6 días
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En una escena que resuena con fuerza en la memoria colectiva salvadoreña, la abogada y defensora de derechos humanos Ruth Eleonora López fue trasladada al Juzgado Décimo Segundo de Paz de San Salvador el pasado 4 de junio, para enfrentar una audiencia inicial por el delito de enriquecimiento ilícito. Mientras era escoltada por agentes policiales, López exclamó con determinación:
“¡No me van a callar! ¡Un juicio público quiero! ¡La gente merece saber! ¡El que nada debe, nada teme!”
Estas palabras, pronunciadas en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, reflejan la convicción de López de que su detención es una represalia por su labor en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la corrupción en El Salvador.
López, jefa de la Unidad de Anticorrupción de la organización Cristosal, fue detenida arbitrariamente el 18 de mayo en su residencia, inicialmente acusada de peculado. Sin embargo, al momento de presentar el requerimiento ante el juzgado, la Fiscalía modificó la acusación a enriquecimiento ilícito. Este cambio ha sido interpretado por su defensa como una muestra de la debilidad de la acusación original.
Durante su ingreso al juzgado, López también expresó:
“¡No me traían porque no me cambiaba de ropa, querían que viniera con traje!”
Estas declaraciones evidencian las condiciones a las que ha sido sometida desde su detención, incluyendo la imposición de normas que buscan controlar su apariencia y comportamiento.
El proceso contra López ha sido declarado bajo reserva total a solicitud de la Fiscalía, lo que impide a sus abogados compartir detalles del caso. Esta decisión ha sido duramente criticada por su defensa, en especial por el abogado Pedro Cruz, quien afirmó:
“La reserva la han hecho por miedo, ¿a qué le temen? ¿A haber hecho un requerimiento infundado? ¿A haber hecho una acusación infundada? ¿Le temen a lo que la imputada ha venido trabajando y diciendo en su quehacer profesional?”
La detención de Ruth López se enmarca en un contexto de creciente autoritarismo en El Salvador, en el que también se han capturado de forma arbitraria a los defensores Alejandro Henríquez del Foro del Agua y Reverdes; y a José Ángel Pérez, pastor y presidente de la Cooperativa El Bosque. Además, desde la implementación del régimen de excepción en marzo de 2022, más de 85,000 personas han sido detenidas sin debido proceso, y se han documentado múltiples casos de detenciones arbitrarias y persecución a opositores políticos, periodistas y defensores de derechos humanos.
Organizaciones como Cristosal y el Comité de Familiares de Presos y Perseguidos Políticos de El Salvador (COFAPPES) han denunciado la existencia de al menos 28 presos políticos en el país, evidenciando una estrategia sistemática de criminalización de la disidencia.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el caso de López. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos recordó que cualquier restricción a la libertad previa al juicio debe basarse en criterios de estricta necesidad y proporcionalidad. Asimismo, la organización Human Rights Watch y la Asociación del Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York han expresado su preocupación por la detención de López, considerándola parte de un patrón de represión contra defensores de derechos humanos y críticos del gobierno de Nayib Bukele.
La detención de Ruth López no solo representa un ataque a una persona, sino un mensaje al movimiento por los derechos humanos en su conjunto. Es imperativo que se respeten las garantías procesales y se ponga fin a la persecución política en el país.
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