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Por: Lilian Vega, de Bálsamo RTV.
Injusticia climática: los países ricos del norte global exportan los desastres del cambio climático a los países menos contaminantes del Sur Global
Así es, los impactos negativos del modelo de “desarrollo” seguido por países como Estados Unidos, la Unión Europea, China y otros países ricos que basan su desarrollo en el extractivismo y sobre explotación de la vida en el planeta han causado, lo que se conoce como el cambio climático.
Parafraseando a Laurie Parsons: los residuos de todo tipo fluyen hacia el sur, pero el dinero y el capital fluye hacia el norte. Nuestros países sufren los desastres socioambientales derivadas de largas sequías seguidas de lluvias extremas que provocan deslizamientos, inundaciones; o marejadas que destruyen bienes y vidas de familias empobrecidas.
Otro ejemplo de esta exportación es la gran mancha de basura del Pacífico, una acumulación de plástico desechado que se encuentra entre Hawái y California, calculan que tiene el doble del tamaño de Texas, es decir más de 1.4 millones de kilómetros cuadrados, 66 veces más grande que todo El Salvador.
Estos desechos amenazan los medios de vida de quienes dependen de los recursos marinos para su subsistencia, y pueden provocar problemas de salud para quienes consumen pescados y mariscos infectados con micro y nano plásticos. Esto según el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización no gubernamental de justicia ambiental “Azul”.
Otro ejemplo: la deforestación y el desplazamiento de poblaciones, incluyendo tierras ancestrales de pueblos originarios, para extraer petróleo o minerales como sucede en Brasil, Ecuador, Chile, Bolivia y otros países.
Juliano Calil, autor y principal investigador del “Centro para la Economía Azul” citado por le Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, dice que el impacto de la producción de plásticos en las poblaciones vulnerables “comienza con los problemas relacionados con la extracción de petróleo, pasa por los ambientes tóxicos y las emisiones de gases efecto invernadero, e incluso afecta las políticas de distribución del agua”.
Lo mismo podemos decir sobre las intensas olas de calor e incendios forestales y huracanes.
La crisis socioambiental y el cambio climático son responsabilidad directa e indirecta de las actividades humanas, principalmente aquellas en favor del “desarrollo” que, países considerados ricos y grandes transnacionales, llevan a cabo y alteran el equilibrio del planeta, adueñándose de los bienes comunes como la atmósfera, el agua o la biodiversidad, afectando la vida en general y la vida humana de poblaciones vulnerables que sufren de falta de agua potable para consumo, inseguridad alimentaria e incluso hambruna y en general amenaza a una vida digna.
Debemos luchar por que se reconozca jurídica y políticamente la injusticia ambiental, y la necesaria compensación por los daños y perjuicios ocasionados a los países, pero sobre todo a las personas y a la vida.
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