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Huracán Otis, manifestación del cambio climático


Imagen de referencia/stock.adobe.com


Por: Lilian Vega, de BRTV.


La temporada de huracanes inicia entre mayo y junio y finaliza en noviembre, aunque la mayoría de las tormentas se espera que se configuren entre julio y octubre, sin embargo, el cambio climático generado por el modo de producción capitalista ha intensificado la magnitud de estos fenómenos.


El cambio y la crisis climática consecuencia de ello es ignorada por aquellos que se ven beneficiados por el sistema y con suficiente poder como para manipular la opinión pública y lograr que continuemos por la senda de destrucción de la vida en el planeta tierra.

El fenómeno del niño, que se espera que se manifiesta como un super niño para el 2024 y la “sorprendente” evolución de la tormenta Otis en un huracán de categoría 5 al tocar tierra en México, son manifestaciones de la enfermedad que sufre la tierra; algo así como si nuestro cuerpo estuviera infectado por un organismo que le crea múltiples desequilibrios y nos genera fiebres extremas, diarreas, cefaleas y toda una serie de reacciones que buscan liberarse de esto, pero no puede y termina muriendo.

Otis es la peor tormenta de los últimos 30 años, que en un lapso de 12 horas, pasó de ser una tormenta tropical más, a un ciclón categoría 5.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtieron de la rápida y explosiva transformación de Otis. Ni el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ni las autoridades locales y federales de México pudieron prever la intensidad del fenómeno.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, señaló sobre los huracanes que se han formado en los últimos años que “Su área es uno de los puntos críticos. Somos conscientes de los desafíos que enfrentan debido a las tormentas tropicales, los huracanes y los cambios en los patrones de precipitación impulsados en parte por los impactos del cambio climático y en parte por ‘El Niño’ y ‘La Niña’”.

Sin embargo, en ningún momento se hace referencia al modelo de crecimiento ilimitado e la sociedad mundial, ni a la necesidad de cambiar esto; se enfocan en la mitigación, prevención y adaptación al cambio climático, no en el cambio de modo de producción agresor de la naturaleza, explotador y expoliador del ser humano y la vida en general.

Ahora nos queda solidarizarnos con el pueblo mexicano que ha sufrido el mayor costo de Otis, con los pueblos de nuestra América que está sufriendo hambruna debido al establecimiento del corredor seco, el niño, la niña, la desertificación y tormentas extremas, huracanes, y otras manifestaciones del cambio climático.


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