El 17 de mayo de 1990, la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud, aprobó que la homosexualidad ya no radica en el listado de enfermedades mentales. Este día se ha convertido en una ocasión mundial para educar sobre las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI), para seguir en la lucha de políticas públicas con respecto a este sector de la sociedad.
En El Salvador se tiene el caso de Aldo Peña, quien es una persona transexual, (la identidad de género no corresponde con el sexo biológico, ni con el nombre asignado por los padres). En el año 2015, Peña fue víctima del abuso por parte de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes lo golpearon sin justificación, mientras se desempeñaba como agente del CAM de Santa Tecla.
Tras participar en una marcha del Día del Orgullo Gay, Peña se dispuso a regresar a su casa en Ciudad Delgado, a la que no llegó. El conductor del bus no se detuvo en la parada donde este se bajaría, sino que lo llevó a una delegación cercana de la Policía para acusarlo de desorden público. Debido a esto, los agentes lo golpearon.
Peña señaló que fueron alrededor de 15 policías, de los cuales, tras un proceso judicial, solo fueron condenados 4. Peña ha pasado de ser víctima de abuso policial, de sufrir discriminación en su hogar, vecindario y trabajo, a ser una persona empoderada y dispuesta a seguir defendiendo sus derechos y los de los suyos.
Persisten brechas significativas en el marco legal de El Salvador, ya que no existen garantías constitucionales, ni mecanismos de protección específicos para que se defiendan los derechos civiles y políticos de las personas LGBTI. Es una larga lucha para esta población, que ha venido por años construyendo propuestas de leyes y políticas integrales dirigidas a ellos y ellas. La responsabilidad de aprobar marcos legales, es la Asamblea Legislativa. Las organizaciones lamentan el hecho de que los nuevos diputados y diputadas de la nueva legislatura, hayan archivado las propuestas de Ley de identidad de género.
