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En lo que va del año 2023, la Asociación de Mujeres Huizucareñas, AMH, ha atendido casi una decena de casos de violencia contra las mujeres en Huizúcar, departamento de La Libertad. Entre estos casos, hay cuatro en los que el victimario es empleado de la Policía Nacional Civil o de la Fuerza Armada.
La presidenta de la AMH, Beatriz Miranda, afirma que tiene temor a represalias por la labor de defensa de los derechos de las mujeres en Huizúcar.
Beatriz señala que el sistema de justicia en El Salvador, en lugar de proteger a las mujeres que sufren violencia, las revictimiza y agrede a quienes trabajan en la defensa de derechos humanos.
La Asociación de Mujeres Huizucareñas, AMH, fue constituida legalmente el 4 de julio de 2012, como asociación sin fines de lucro. En el municipio existían asociaciones de desarrollo comunal, pero algunas mujeres que formaban parte de estas estructuras no se sentían representadas.
Beatriz Miranda afirma que en la AMH han recibido diversas capacitaciones para su empoderamiento y para que puedan dar un acompañamiento efectivo a las mujeres que sufren violencia de género en Huizúcar.
Cada 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer.
Según la Organización de Naciones Unidas, ONU, la violencia contra mujeres y niñas sigue relativamente silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los perpetradores, la estigmatización social y la vergüenza que sufren las víctimas.
En forma general, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye:
violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio);
violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético);
trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual);
mutilación genital, y
matrimonio infantil.
La ONU concluye que la violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.
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